lunes, 14 de julio de 2014

¿Qué dice su voz de usted?

Su voz puede comunicar inseguridad, timidez o prepotencia. Su voz dice más de usted de lo que puede imaginar. ¿Sabía que el éxito de su comunicación depende en un 38% de su voz? 

La voz puede comunicar la tristeza que intenta ocultar, la hipocresía de un saludo, la envidia que consume, el odio que quema, los celos que matan o el enojo reprimido. Puede mostrarle inseguro aunque no lo esté, poner evidencia su temor.

No en vano los políticos invierten mucho tiempo forjando una voz que contribuya en sus objetivos, y los que la descuidan ignoran su inmenso poder.

En este video, un fragmento de un programa de History Channel, se hace un análisis del uso dado por varios políticos a este recurso.  


Hay tres aspectos básicos que debemos conocer de la voz: el timbre, el tono y la intensidad. 

El timbre: este es su sello personal, es lo que le distingue, lo que
lo hace diferente de otras personas. Algo así como su huella digital sonora.

El tono es la impresión que nos produce la frecuencia de vibración a la que se manifiesta una determinada onda sonora. En otras palabras,es lo que comúnmente entendemos como agudo y grave. Los todos graves son usualmente más agradables al oído que los agudos. 

La intensidad tiene que ver con el volumen, si es alta o baja, o fuerte o débil. 

Conocer estos aspectos presentes en nuestra voz nos ayudará a utilizarlos para facilitar  nuestra comunicación interpersonal. 

Un ejemplo: Si su timbre de voz es dulce, además tiene un tono de voz agudo y la intensidad de su voz es muy alta probablemente las personas no toleren escucharle más que unos pocos minutos. 

Culturalmente los tonos de voz graves están asociados a atributos como: seguridad, credibilidad, seriedad. La aguda por su parte tiende a relacionarse con características como superficialidad, inmadurez o alegría. 

¿Qué podemos hacer para mejorar nuestra voz?

Si bien es cierto hay aspectos de nuestra voz que no podemos transformar, hay al menos tres prácticas que podemos mejorar y que pueden contribuir en mucho para que nuestra voz resulte agradable y comprensible para quienes nos escuchan.

Dicción: este es arte del buen decir. Se trata de hacer una

pronunciación correcta de las palabras.   

Para mejorar la dicción les sugiero  un ejercicio, el deletreo silábico. Se trata de hacer lecturas en voz alta en las que pronuncia despacio cada sílaba. Justo como cuando la maestra que nos enseñó a leer nos pedía hacerlo. Al pronunciar debe abrir bien su boca, y gesticular exageradamente.  

Entonación: Se refiere a las variaciones de la voz que hacemos cuando nos expresamos verbalmente.

Debemos evitar que nuestra voz suene plana. Es decir, que no tengamos variaciones en nuestra voz, y que esta se escuche en un solo tono, casi como un murmullo. 

Los cómicos que desarrollan monólogos son expertos en entonación, pues con su voz debe reproducir situaciones, personajes, introducir suspenso y por supuesto hacernos reír. Escuche en este video, y ponga especial atención a la forma en que el artista utiliza la entonación.



Para mejorar la entonación practique leer cuentos, tal como si lo hiciera para un grupo de niños y niñas. Si leyendo un cuento usted no recrea de forma casi teatral la lectura, perderá en muy pocos minutos la atención de estos. Este ejercicio le ayudará a incorporar inflexiones de la voz en su forma de hablar.

Intensidad: Se trata de aplicar un volumen de la voz adecuado para la circunstancia de comunicación en la que me encuentre. 

Si constantemente le piden que hable más fuerte, usted esta transmitiendo inseguridad o timidez. O si por el contrario, las personas reaccionan negativas, o le indican frecuentemente que no grite, significa que el volumen de la voz que emplea en ambos casos no es el adecuado.

Aprenda a administrar el volumen de la voz. Analice la coyuntura, las personas involucradas, el entorno físico y el mensaje para que el volumen contribuya a reforzar su idea.





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