El
temor es una emoción que nos induce a imaginar como podrían ser los resultados
de eventos que no han sucedido. Se podría definir como una especie de fe negativa.
Se
requiere el mismo esfuerzo, tiempo y energía para pensar que un resultado será
negativo, que positivo. Lo lamentable es
que elegimos pensar en lo primero.
Cerca
del 90% de nuestros temores nunca llegan a materializarse, sin embargo, nos
determinan como si fuesen verdades, cuando en realidad son solo imaginaciones.
Para
vencer el pánico escénico puede resultarle útil seguir estos consejos.
1.
Descubra
la raíz de su temor.
¿Le ridiculizaron en la escuela? ¿ una maestra le descalificó?
¿le limitaban su expresión oral de niño o niña? Descubra los eventos que
pudieran determinar su aversión.
Recuerde que nadie esta determinado por su pasado a menos que así lo
quiera. Perdone, si lo necesita. Perdónese. Cambie su historia.
2.
Enfrente
el temor.
No hay otra manera de vencerlo. Por más técnicas que le pueda
sugerir, ninguna será útil si no “agarra el toro por los cuernos” y de frente
al miedo asume el reto de espantarlo.
Deje de esconderse. El miedo es como un perrito pequeño, de esos
bulliciosos que se imaginan a si mismos como si fuesen un rottweiler que le persigue persistentemente ladrando,
mientras usted corre, hasta que usted decide detenerse, voltearse y mostrarle
quién realmente tiene el poder y la autoridad.
3.
Prepare
su tema con dedicación y excelencia.
Nada puede sustituir la preparación. Si uno se sabe
conscientemente preparado para ofrecer una conferencia, discurso o cualquier
tipo de presentación ya tiene ganada la batalla al temor en un 50%.
4.
Practique
principalmente el inicio de su presentación.
Si es importante preparar su presentación, lo es mucho más
practicar lo que dirá en los primeros 2 minutos. Esos son, usualmente, los
momentos de mayor inseguridad, si lo superamos con efectividad, es muy probable
que paulatinamente ganemos confianza hasta que finalmente nos sentiremos
confortables.
5.
No se
sature.
Debe practicar, pero no hasta le límite de “embotarse”. Unas horas o un día antes de su presentación
realice actividades diferentes, que le permitan relajarse.
6.
Decida
visualizar un desenlace positivo .
Discipline sus pensamientos. En lugar de admitir como ciertas
todas las imágenes de fracaso que acosen su mente, sustitúyalas por otras en
que imagine resultados positivos. Requiere el mismo esfuerzo, pensar de una u
otra forma, pero los resultados, principalmente en paz interior, es muy
diferentes.
7.
Despreocúpese
del “yo” y enfóquese en el “nosotros”.
Sacúdase
ese orgullo tonto de creer que usted es lo único relevante de la conferencia.
Lo relevante está frente a usted, es su público. Entréguese a él con pasión,
concéntrese en el beneficio que usted les aporta con su presentación, y deje de
pensar qué estarán pensando de usted. Siempre encontrará critica en el camino,
así que será un desgaste inútil tratar de evitarla. Una vez frente a su público
entréguese con pasión y disfrute la oportunidad de servir a otros mediante su
conocimiento.
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